SUMISIÓN: permitir que el esposo tome el lugar que le corresponde, asumiendo sus responsabilidades. Esto significa que seremos su ayuda idónea, para ello, le haremos saber que sentimos y pensamos con respecto a las decisiones importantes que se tomaran dentro del hogar.
Sumisión, es unirnos como un equipo para lograr los propósitos y metas que beneficiaran a la flia.
Es trabajar en forma ordenada. En toda empresa, negocio debe haber un líder, para evitar desórdenes. Imaginemos una organización donde todos son jefes, todos quieren mandar, sería un caos y un desorden total, pronto fracasarían y se disolvería esta sociedad; pero si hay uno que es el líder, va al frente y los demás ocupan su lugar aportando cada uno para el éxito de la empresa, todos disfrutarán de los beneficios.
Algo similar ocurre con el matrimonio, aprendamos a trabajar en equipo, en forma ordenada, respetándonos, apuntando los dos en la misma dirección, teniendo como meta la bendición de Dios sobre nuestro matrimonio y familia.
Oremos por nuestros esposos que sean hombres de Dios y cumplan con sus responsabilidades con sus esposas, así como lo hace Cristo por su Iglesia. No hay duda, un hombre así amará tanto a su esposa, a sus hijos, su hogar, que todas sus decisiones estarán enfocadas en bendecirlos.
Ante un esposo así que esposa se podrá resistir y no querrá someterse con gusto ante este hombre amante y protector del hogar.
Si tanto la esposa como el esposo somos responsables con nuestros deberes asignados por Dios, como consecuencia gozaremos de una buena relación de pareja y un hogar bendecido.
Recordemos, si hay alguna situación que está afectando el hogar, el matrimonio, no estamos luchando solos; Dios es el más interesado en darnos la felicidad deseada, sólo espera que le demos el control del asunto.
Aprendamos: el matrimonio exitoso se compone de 3: ESPOSO, ESPOSA Y CRISTO
